martes, 26 de agosto de 2008

Balanceándome

Es muy común decir o escuchar que “hay que ponerse metas”, no importa el nivel de dificultad que tengan, lo que importa es alcanzarlas e ir por otra nueva.
Es una manera de afrontar la vida, que a mi juicio nos hace las cosas más sencillas.
Soy de esos a los que no les gusta la pasividad, el “dejemos a ver que pasa” no va conmigo.
Es gratificante ver que has logrado hacer tal o cual cosa que en algún momento tuviste ganas de hacer.
Elegís dar un paso y no otro, y para saber si elegiste bien mirás hacia atrás buscando en tus recuerdos, y entonces te das cuenta de cómo llegaste a ser lo que eres.
Y que mejor momento para hacer cuentas que ciertas fechas?
Con 40 recién cumplidos me parece un buen momento, y para mi alegría, estoy satisfecho con la persona que veo que soy, con las cosas que logré hacer, con las que no y con la vida que viví hasta acá.
No voy a ahondar en detalles, porque sólo es mi vida y no es para hacer una peli, pero estoy contento y con tinta en el tintero como para seguir escribiendo capítulos en esta vida.
Como cantaba (y canta) Frank, lo hice bien y lo hice mal, reí y también lloré, pero siempre viví a mi manera.
A algunos los 40 les trae la madurez que no tenían, otros empiezan a vivir como si tuvieran 20, que con más experiencia y más dinero se la pasa muy bien. En mi caso, ni una cosa ni la otra, la madurez propiamente dicha no creo que me alcance hasta por lo menos los 60 y vivir como cuando tenía veintipico?, mmhh, mejor como a los treintaypico, que fue una mejor década.
Dentro de 40 años volveré a desandar lo andado a ver que tal.

“No estoy orgulloso de todo lo que hice, pero estoy seguro de que lo volvería a hacer”

gah

domingo, 24 de agosto de 2008

I´m back

Me ha pasado en alguna oportunidad, dejar de funcionar normalmente. No es de golpe, sino que se va dando al ir pasando el tiempo e ir entrando en un estado de desgano y quietud anímica que hace que vaya dejando de hacer las cosas. Yo lo llamo “el Síndrome del sofá”, porque es como cuando uno llega a su casa después de haber trabajado y se sienta en el sofá un momento, enciende la tele, y este es como que te abraza y te retiene y no te deja levantar más, dejando de hacer las cosas rutinarias (hacerse la cena, ordenar un poco o alguna actividad casera).
La consecuencia es que se te amontonan los platos, se atrasa la limpieza de la casa, se apilan en montañas descomunales los papeles del trabajo, te alejás de la familia y los amigos y quedan en stand by los proyectos e ideas que uno quiere ir desarrollando, en definitiva tu vida cotidiana se estanca.
No es sencillo salir de ese círculo vicioso, generalmente sucede algo que te hace “despertar”, y por fin entonces ponés primera, segunda y arrancás, alejándote del sofá.
Pues bien, esta semana he arrancado después de estar “en el sofá” desde mi cumple prácticamente.
Así es que volvemos al ruedo y al blog.

“De pronto cuando menos te lo esperas, el mundo vuelve a su lugar”

gah